El 13 de febrero de 2025, el mundo de la robótica dio un paso gigante hacia el futuro. Apptronik, una empresa con sede en Austin, Texas, anunció que ha recaudado $350 millones en una ronda de financiación Serie A para impulsar el desarrollo y la producción de Apollo, su robot humanoide de próxima generación. Entre los inversores destaca Google, una señal inequívoca de la confianza que los gigantes tecnológicos tienen en el potencial de esta máquina para transformar industrias y vidas. Con este financiamiento, Apptronik no solo está acelerando la evolución de Apollo—diseñado para tareas complejas en manufactura, logística e incluso el hogar—sino que también está posicionándose como líder en una carrera global por llevar la robótica avanzada al corazón de nuestra cotidianidad. ¿Qué hace a Apollo tan especial y cómo podría cambiar el mundo? Vamos a explorarlo.
Apollo: Un humanoide con ambiciones enormes
Apollo no es un robot cualquiera. Con 1.72 metros de altura y 72.5 kilogramos de peso, este humanoide de diseño amigable está construido para trabajar junto a los humanos en entornos reales, desde líneas de ensamblaje en fábricas hasta almacenes y, eventualmente, hogares. Su creación es el resultado de más de una década de trabajo de Apptronik, una compañía que surgió del Human Centered Robotics Lab de la Universidad de Texas en Austin en 2016. Antes de Apollo, Apptronik desarrolló 15 sistemas robóticos, incluyendo el Valkyrie para la NASA, pero este nuevo modelo representa su apuesta más ambiciosa hasta la fecha.
El robot está diseñado para ser versátil y resistente, capaz de manejar tareas repetitivas o físicamente demandantes que los humanos prefieren evitar. En su versión actual, Apollo ya está siendo probado en aplicaciones industriales como mover paquetes en almacenes o asistir en líneas de producción automotriz. Pero su potencial va mucho más allá. Jeff Cardenas, CEO y cofundador de Apptronik, lo describe como “el robot humanoide más avanzado y capaz del mundo”, diseñado para ser un “verdadero compañero” en el progreso humano. Con este financiamiento récord, la empresa planea escalar su producción y mejorar sus capacidades, llevándolo de los entornos industriales estructurados a espacios más dinámicos como el cuidado de la salud o la asistencia doméstica.
Los $350 millones: Un respaldo de gigantes
La ronda de financiación Serie A de $350 millones fue co-liderada por B Capital y Capital Factory, con la notable participación de Google, cuya división DeepMind ya colabora con Apptronik en el desarrollo de inteligencia artificial (IA) para robots humanoides. Este monto es un salto espectacular para una empresa que, hasta ahora, había recaudado solo $28 millones en rondas previas, demostrando una eficiencia de capital impresionante. “Este financiamiento marca un momento pivotal para Apptronik”, dijo Cardenas en un comunicado. “Nos permitirá escalar operaciones, acelerar la innovación y expandir nuestro equipo para satisfacer la creciente demanda de robots humanoides con IA”.
Google no es el único nombre grande en la lista de socios de Apptronik. La empresa ya tiene acuerdos comerciales con Mercedes-Benz y GXO Logistics, que están probando a Apollo en aplicaciones del mundo real, como la manufactura automotriz y la logística de almacenes. Además, una colaboración con NVIDIA, iniciada en 2024, ha integrado tecnología de manipulación diestra en Apollo, mientras que su alianza con la NASA desde 2022 subraya su pedigree en proyectos de alto perfil. Este respaldo financiero y técnico posiciona a Apptronik como un contendiente serio en la carrera por los humanoides, compitiendo con nombres como Tesla (con su robot Optimus), Figure AI y Agility Robotics.
¿Qué hace a Apollo diferente?
En un mercado lleno de robots humanoides en desarrollo, Apollo destaca por su enfoque en el diseño centrado en el humano y su asequibilidad. A diferencia de los robots industriales tradicionales, que suelen ser rígidos y costosos, Apollo combina una estructura modular con actuadores únicos—los “músculos mecánicos” del robot—que simplifican el mantenimiento y abren la puerta a una producción masiva a menor costo. Cardenas ha dicho que el precio objetivo de Apollo está “por debajo de los $50,000”, un rango que lo haría competitivo con el costo de un automóvil promedio, una meta ambiciosa pero crucial para su adopción generalizada.
El robot también se beneficia de la integración con IA avanzada, gracias a su colaboración con Google DeepMind. Esta tecnología permite a Apollo aprender y adaptarse a tareas complejas, desde manipular objetos delicados hasta navegar entornos impredecibles. En el video de lanzamiento de Apptronik, Apollo se ve manejando paquetes en un almacén con una precisión sorprendente, una habilidad que podría aliviar la escasez de mano de obra en sectores como la logística. Pero la visión a largo plazo es aún más emocionante: Cardenas imagina un futuro donde Apollo ayude en el cuidado de ancianos, realice tareas domésticas o incluso apoye misiones espaciales, como construir bases en la Luna o Marte.
El impacto en la industria y la vida diaria
La inyección de $350 millones no solo acelerará la producción de Apollo, sino que también permitirá a Apptronik explorar nuevos diseños y aplicaciones. En 2025, la empresa planea una “implementación expandida” en sectores prioritarios como la automoción, la electrónica, la logística y los bienes de consumo. Mercedes-Benz, por ejemplo, ya está probando a Apollo en sus plantas de fabricación, mientras que GXO Logistics lo usa para tareas de “kitting” (preparación de kits) en almacenes. Estos pilotos son el primer paso hacia una comercialización más amplia que podría comenzar en 2026, según Cardenas.
Pero el impacto de Apollo trasciende lo industrial. A medida que la población mundial envejece y la demanda de asistencia personal crece, robots como Apollo podrían llenar vacíos críticos en el cuidado de la salud. Imagina un Apollo asistiendo a enfermeras en hospitales o ayudando a personas mayores a mantenerse independientes en sus hogares—escenarios que Apptronik ve como el “santo grial” de su tecnología. Aunque estos usos aún están a varios años de distancia, el financiamiento reciente asegura que la empresa tenga los recursos para alcanzar ese objetivo.
Los desafíos en el horizonte
No todo es un camino de rosas. Escalar la producción de un robot humanoide como Apollo implica superar obstáculos técnicos y económicos. Fabricar actuadores avanzados a gran escala es costoso, y aunque Apptronik planea construir una “fábrica de datos” en Austin—apodada “Robot Park”—para recolectar datos de entrenamiento, el proceso llevará tiempo. Además, la competencia es feroz: Figure AI recaudó $675 millones en 2024, Tesla está acelerando su Optimus, y Agility Robotics ya tiene su Digit en pruebas comerciales.
Otro desafío es el costo. Aunque $50,000 es un objetivo atractivo, el precio inicial de Apollo podría ser más alto, lo que limitaría su adopción inicial a grandes corporaciones en lugar de hogares o pequeñas empresas. Y luego está la percepción pública: mientras algunos ven a los robots humanoides como una solución a la escasez laboral, otros temen que reemplacen empleos humanos, un debate que Apptronik deberá navegar con cuidado.
China y la carrera global por los humanoides
Curiosamente, el mismo mes que Apptronik anunció su financiamiento, China mostró avances con el T1 de Booster Robotics, un robot humanoide resistente diseñado para entornos extremos. Mientras el T1 se enfoca en durabilidad—soportando golpes con martillos y cemento—Apollo prioriza versatilidad y accesibilidad. Esta competencia entre EE.UU. y China subraya la carrera global por dominar la robótica humanoide, con implicaciones que van desde la economía hasta la geopolítica.
Un futuro con Apollo al frente
El financiamiento de $350 millones no es solo un cheque gordo; es una apuesta por un futuro donde los robots humanoides sean tan comunes como los smartphones. Con Google como socio, Apptronik tiene el respaldo técnico y financiero para hacer de Apollo un nombre familiar—o al menos, un compañero confiable en fábricas y hogares. “Estamos moldeando un futuro donde los robots sean verdaderos socios en el progreso”, dijo Cardenas, y este dinero asegura que tengan los recursos para intentarlo.
A medida que nos acercamos al 26 de febrero de 2025—cuando SpaceX lanzará el Vuelo 8 de Starship, otro proyecto de Musk—el mundo tecnológico está en efervescencia. Pero mientras el Starship apunta a las estrellas, Apollo está diseñado para transformar la Tierra. Desde almacenes hasta hospitales, este robot humanoide podría ser el puente entre la ciencia ficción y la realidad cotidiana. ¿Revolucionará Apptronik el trabajo y la vida como lo promete? Solo el tiempo lo dirá, pero con $350 millones y el apoyo de Google, el camino está despejado para intentarlo.
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