El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un giro inesperado a la política migratoria con el anuncio de una nueva iniciativa: la "Gold Card". Presentada el 25 de febrero de 2025 desde la Oficina Oval, esta propuesta ofrece a inversionistas extranjeros adinerados la oportunidad de obtener residencia permanente y un camino hacia la ciudadanía a cambio de una inversión de $5 millones en el país. Según Trump, el programa está diseñado para atraer a empresarios y magnates que impulsen el crecimiento económico y la creación de empleos, fortaleciendo la posición de Estados Unidos en el escenario global. Sin embargo, mientras algunos ven en esto una estrategia innovadora, otros ya debaten sus implicaciones legales, éticas y prácticas. Aquí exploramos los detalles de esta medida y lo que podría significar para el futuro.
¿En qué consiste la "Gold Card"?
En su anuncio, Trump describió la "Gold Card" como una versión mejorada de la tradicional "Green Card", destinada exclusivamente a personas con recursos financieros significativos. “Vamos a vender una tarjeta dorada por unos $5 millones, que dará privilegios de residencia permanente y será una ruta hacia la ciudadanía”, afirmó el presidente. Acompañado por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, Trump explicó que el programa reemplazará al actual EB-5, un esquema de visas para inversionistas establecido en 1990 que permitía a extranjeros obtener residencia mediante inversiones de entre $800,000 y $1.05 millones, siempre que generaran al menos 10 empleos en EE.UU.
A diferencia del EB-5, la "Gold Card" no parece exigir la creación directa de empleos como requisito principal. En cambio, se enfoca en una contribución económica directa al gobierno, con el objetivo de atraer a “individuos exitosos y ricos” que, según Trump, “gastarán mucho dinero, pagarán impuestos y emplearán a muchas personas”. Lutnick agregó que los solicitantes pasarán por un proceso de verificación exhaustivo para asegurar que sean “ciudadanos globales de primera clase”, aunque los detalles específicos del programa se darán a conocer en las próximas dos semanas, cuando comience su implementación.
Una apuesta por el crecimiento económico
El núcleo de esta iniciativa es su promesa de revitalizar la economía estadounidense. Trump proyectó que vender un millón de estas tarjetas generaría $5 billones, y si se llegaran a vender 10 millones, la cifra ascendería a $50 billones—una suma que supera la deuda nacional actual de $35 billones. “Sería genial reducir la deuda con esto”, dijo el presidente, posicionando la "Gold Card" como una herramienta para aliviar las finanzas públicas mientras se atrae capital extranjero.
El enfoque no es del todo nuevo. Programas similares, conocidos como “visas doradas”, existen en países como Portugal, Grecia y Malta, donde la residencia o ciudadanía se otorga a cambio de inversiones significativas. Sin embargo, la "Gold Card" eleva la apuesta al establecer un umbral de $5 millones, mucho más alto que el EB-5 o muchas alternativas globales. Para Trump, esto asegura que solo los inversionistas más acaudalados lleguen, trayendo consigo un impacto económico inmediato a través de gastos, impuestos y, potencialmente, nuevas empresas.
Contexto y antecedentes
El EB-5, al que la "Gold Card" reemplazará, ha sido criticado durante años por problemas de fraude y abuso. Casos como el desvío de fondos en un proyecto de esquí en Vermont en 2016, donde inversionistas extranjeros perdieron millones, han alimentado demandas de reforma. En 2022, el Congreso ajustó el programa, elevando los montos mínimos de inversión, pero Trump y Lutnick lo han calificado de “ineficiente y lleno de fraudes”. La "Gold Card" busca simplificar el proceso al centrarse en un pago directo al gobierno, eliminando requisitos como la creación de empleos que complicaban el EB-5.
Este anuncio llega en un momento clave para Trump, quien asumió su segundo mandato en enero de 2025. Con su administración enfocada en reducir el déficit—evidenciado por la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) junto a Elon Musk y Vivek Ramaswamy—y fortalecer la economía tras años de desafíos, la "Gold Card" se alinea con su visión de políticas basadas en el mercado. Sin embargo, no está claro si esta iniciativa puede implementarse sin la aprobación del Congreso, algo que expertos como David Bier, del Cato Institute, han cuestionado, señalando que cambios tan drásticos en la inmigración suelen requerir legislación.
Reacciones y controversias iniciales
La propuesta ya ha generado un debate intenso. Por un lado, sus defensores argumentan que atraerá talento y capital que beneficiarán a comunidades locales y reducirán la carga fiscal. “Si vendemos un millón de estas tarjetas, será un éxito tremendo”, afirmó Trump, sugiriendo que empresas podrían usarlas para retener a graduados extranjeros de universidades estadounidenses. Lutnick destacó que el programa atraería a “gente de alto nivel” que contribuirá al país sin las complicaciones burocráticas del EB-5.
Pero no todos están convencidos. Críticos como Dan Stein, de la Federación para la Reforma Migratoria Estadounidense (FAIR), han expresado preocupaciones sobre seguridad nacional y fraude, preguntándose cómo se verificará el origen de los $5 millones. Además, la idea de otorgar residencia a cambio de dinero ha reavivado discusiones sobre desigualdad en el sistema migratorio. Mientras Trump impulsa deportaciones masivas de indocumentados, ofrecer un trato preferencial a los ricos genera críticas sobre un sistema de “dos niveles”. Cuando se le preguntó si oligarcas rusos podrían calificar, Trump respondió: “Posiblemente. Conozco a algunos que son muy buenas personas”, avivando aún más el debate sobre quiénes serían los beneficiarios.
Implicaciones internacionales
En el escenario global, la "Gold Card" podría intensificar la competencia por inversionistas adinerados. Países como Canadá, Australia y los Emiratos Árabes Unidos ya ofrecen programas de residencia por inversión, y el Henley & Partners’ 2025 Global Residence Program Index reportó un aumento del 1000% en clientes estadounidenses buscando alternativas entre 2019 y 2024. Con un precio de $5 millones, la "Gold Card" se posiciona como una opción premium, pero su éxito dependerá de superar barreras legales y políticas domésticas, especialmente considerando sanciones contra naciones como Rusia, cuyos ciudadanos podrían estar interesados.
¿Qué sigue para la "Gold Card"?
Trump prometió que el programa comenzará en dos semanas, pero quedan muchas preguntas. ¿Habrá un límite de tarjetas? ¿Qué tan rápido accederán los compradores a la ciudadanía? ¿Cómo se integrará con las políticas migratorias más estrictas de la administración? Si bien el EB-5 emitía unas 10,000 visas al año, Trump sueña con millones de "Gold Cards", un objetivo que parece optimista dado el nicho de inversionistas capaces de pagar ese monto.
Este anuncio plantea un dilema: ¿es una estrategia brillante para revitalizar la economía o un movimiento divisivo que prioriza a los ricos? ¿Cómo crees que esta iniciativa impactará la economía y la política migratoria de Estados Unidos?
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