Una propuesta legislativa en el Capitolio de Estados Unidos está generando titulares y encendiendo debates: la creación de un billete de $250 dólares con la imagen del presidente Donald Trump. Anunciada el 25 de febrero de 2025 por el congresista republicano Joe Wilson de Carolina del Sur, esta iniciativa busca introducir una denominación que no existe en la circulación actual, rompiendo con la tradición monetaria del país. Más allá del valor inédito, lo que realmente ha captado la atención es la idea de plasmar el rostro de Trump en el billete, una decisión que podría convertirlo en uno de los más controvertidos en la historia estadounidense. Aquí desglosamos qué hay detrás de esta propuesta, sus implicaciones y el camino que enfrenta para hacerse realidad.
Una denominación sin precedentes
El billete de $250 no tiene equivalente en la moneda moderna de Estados Unidos. Actualmente, el billete de mayor denominación en circulación es el de $100, con Benjamin Franklin en su diseño. Aunque en el pasado existieron billetes de mayor valor—como los de $500, $1,000 e incluso $10,000, retirados en 1969 por su uso limitado y preocupaciones sobre crimen organizado—no hay registro de un billete de $250 en la historia del país. Wilson, en un mensaje en X, explicó que el valor simboliza el 250 aniversario de la independencia estadounidense, que se celebrará en 2026, y justificó su propuesta diciendo: “La inflación de Biden ha destruido la economía, obligando a las familias a llevar más efectivo. ¡El billete más valioso para el presidente más valioso!”
La idea, según Wilson, responde a la necesidad percibida de billetes de mayor denominación debido a precios más altos—aunque datos recientes muestran que la inflación bajó al 3% en 2025 tras un pico del 9.1% en 2022 bajo la administración Biden. Sin embargo, el congresista vincula el diseño con Trump como un homenaje a su liderazgo económico, particularmente tras su reelección en 2024 y su segundo mandato iniciado en enero de 2025.
Un diseño que despierta controversia
El elemento más llamativo de la propuesta es la inclusión de la imagen de Donald Trump, quien asumió su segundo periodo como presidente el 20 de enero de 2025. Wilson compartió una imagen generada por IA del posible diseño, mostrando a Trump con una expresión seria sobre un fondo verde y dorado, colores que evocan lujo y autoridad. Sin embargo, esta decisión choca con una ley federal de 1866 que prohíbe colocar retratos de personas vivas en la moneda estadounidense, una norma establecida tras un escándalo con Spencer Clark, un funcionario del Tesoro que se autorretrató en un billete de 5 centavos.
Para que el billete sea viable, el Congreso tendría que modificar esta legislación, un proceso que Wilson asegura abordar en su proyecto, aunque no ha detallado cómo. Históricamente, figuras en billetes como George Washington o Abraham Lincoln fueron honradas póstumamente, lo que hace que la propuesta de Trump—un presidente vivo y en funciones—sea excepcional y potencialmente divisiva. Algunos ven esto como un reconocimiento a sus políticas, mientras otros lo consideran un gesto político más que práctico.
Impacto político y económico en juego
La propuesta llega con varias implicaciones:
Valor inédito: Introducir un billete de $250 requeriría ajustes en el sistema monetario por parte de la Oficina de Grabado e Impresión (BEP), que actualmente produce denominaciones de $1 a $100. Esto implicaría costos de diseño, producción y distribución, además de debates sobre su utilidad en un mundo donde el efectivo se usa menos—según Gallup, en 2022, el 60% de los estadounidenses hacía pocas o ninguna compra con efectivo.
Diseño controversial: Poner a Trump en el billete ha generado reacciones mixtas. Sus partidarios, como Wilson, lo ven como un tributo a su manejo económico, citando medidas como los recortes de impuestos de 2017 extendidos en 2025. Sus críticos, sin embargo, lo tachan de propaganda, argumentando que exacerba la polarización política en un país ya dividido.
Debate en el Congreso: La aprobación requerirá apoyo mayoritario en la Cámara y el Senado, ambos bajo control republicano desde enero de 2025. Sin embargo, la oposición demócrata—liderada por figuras como el senador Chris Murphy, quien el 25 de febrero criticó las prioridades republicanas—podría bloquearla o retrasarla. Además, la ley de 1866 plantea un obstáculo legal que necesitaría consenso para superarse.
El momento del anuncio también es notable: coincide con tensiones económicas tras los aranceles del 25% a México y Canadá y del 10% a China, anunciados por Trump el 1 de febrero de 2025, que Goldman Sachs estima podrían elevar la inflación en un 1%. Wilson vincula el billete a la “inflación de Biden”, pero el efectivo de alta denominación podría alimentar debates sobre su relevancia en una economía digital.
Lecciones del pasado y el presente
La historia monetaria de EE.UU. ofrece perspectiva. Billetes de mayor valor como el de $500 (con William McKinley) o el de $1,000 (Grover Cleveland) se discontinuaron en 1969 por su asociación con actividades ilícitas, como lavado de dinero. El billete de $100 sigue siendo el estándar, pero incluso su uso ha disminuido—Capitol One reportó en 2024 que el 47.8% de los adultos estadounidenses no usa efectivo semanalmente. Proponer un $250 en este contexto parece más simbólico que funcional, especialmente con el auge de pagos digitales como Venmo y criptomonedas.
Otros países han experimentado con billetes de alta denominación con fines políticos. En Venezuela, el bolívar de 100,000 con Hugo Chávez en 2017 fue visto como propaganda en medio de hiperinflación. Aunque el caso de Trump es diferente—no hay crisis similar en EE.UU.—el paralelismo subraya cómo el dinero puede ser un vehículo de mensaje político.
¿Qué significa para el futuro? Si se aprueba, el billete de $250 con Trump podría:
Marcar un precedente: Sería la primera vez que un presidente vivo aparece en la moneda, rompiendo con siglos de tradición y abriendo la puerta a futuros homenajes similares.
Generar controversia global: Aliados y rivales de EE.UU. podrían interpretar esto como una señal de nacionalismo exacerbado, especialmente tras la postura de Trump contra resoluciones de la ONU en febrero de 2025.
Impactar la economía: Aunque simbólico, podría influir en debates sobre el uso del efectivo frente a las transacciones digitales, en un país donde el efectivo representa menos del 20% de los pagos, según la Reserva Federal.
Sin embargo, su aprobación no está garantizada. Además de la ley de 1866, enfrenta oposición política y preguntas prácticas—como quién lo usaría y cuánto costaría producirlo. Wilson insiste en que es “legislación real que llegará pronto”, pero el éxito dependerá de la unidad republicana y el clima político tras las elecciones de mitad de mandato en 2026.
¿Un billete necesario o un gesto político?
El 25 de febrero de 2025, cuando Wilson lanzó esta propuesta, desató un torbellino de opiniones. Para algunos, es un reconocimiento merecido a Trump; para otros, un movimiento divisivo en un momento de tensiones económicas y globales. ¿Crees que este billete debería entrar en circulación, o es más un símbolo que una solución práctica?
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